Religión Griega

Con Homero aparece la religión Olímpica (antes de él los griegos era totemistas y veneraban a los fenómenos naturales como el río, el sol o la luna), se denomina de esta forma porque estos dioses (politeísmo) habitan en el monte más alto de toda Grecia: el Olimpo, éste existía y se ubicaba en Tesalia en cuya cúspide inaccesible habitaban en hermosos palacios los 12 dioses olímpicos. Ellos intervienen en las empresas de los hombres aunque no pueden cambiar su destino ya marcado y se caracterizaban por ser hermosos, fuertes, poderosos, inmortales, antropomórficos, se alimentaban de Néctar y Ambrosía, y se movían por pasiones humanas buenas y malas, cada uno representaba una fuerza o fenómeno de la naturaleza. En "La Ilíada" aparece una doble concepción de ellos: a) Habitan en el Olimpo y recorren la tierra interviniendo en las empresas de los hombres; b) el poder de cada dios se encuentra localizado en un santuario en la tierra y se los identifica con la imagen de un ídolo que aparece en ese lugar santo. El hombre era solo comprendido por el hombre, no por los dioses. Ellos daban pero pedían más a cambio y hasta envidiaban a los humanos, eran vengativos y tomaban partido por quienes les convenían. Eran caprichosos, hacían el bien o el mal a su antojo. Ellos otorgaban "dones" a los humanos pero esta atribución era arbitraria. No hay relación de esperanza o confianza respecto a ellos, más bien son poderes con los que hay que contar por necesidad. Los dioses son reflejo del hombre, lo único que los diferencia es su inmortalidad. Aquiles dice "quien obedece a los dioses es por ellos bien atendido", aquí no existe el libre albedrío (capacidad de elegir) del hombre, si no se los obedece el dios podría volverse en su contra. Ellos se contactan con los mortales a través de los oráculos (persona o lugar a donde se acudía haciendo preguntas y un sacerdote del dios que funcionaba como intermediario respondía) o a través de los sueños.